Sindicatos del sector del transporte realizaron el miércoles un paro de 24 horas en Argentina en reclamo de mejoras salariales y en contra de la política gubernamental de ajuste del gasto, implementada desde diciembre pasado por el Gobierno del presidente Javier Milei.
La medida de fuerza paralizó los trenes de pasajeros, el transporte subterráneo, el servicio de vehículos de alquiler, la aviación comercial, los barcos y camiones de carga, así como la recolección de residuos y el traslado de caudales.
La protesta provocó que las personas utilizaran sus automóviles particulares o el servicio de autobuses, gremio que también realizará un paro de 24 horas el jueves, mientras que organizaciones sociales se sumaron al reclamo con ollas en la ciudad de Buenos Aires y en otras del interior del país, en el marco de la Jornada Nacional de Lucha Contra el Hambre.
La decisión de ir al paro se anunció el pasado 8 de octubre, luego de una reunión plenaria de la Confederación Argentina de Trabajadores del Transporte y de la Unión General de Asociaciones Sindicales de Trabajadores del Transporte, que conformaron la denominada Mesa Nacional del Transporte.
El sindicalista Pablo Moyano, uno de los tres titulares de la Confederación General del Trabajo, aseguró a la prensa local que el paro de transporte mantiene un alto acatamiento.
Como consecuencia de la protesta, el aeropuerto metropolitano Jorge Newbery de vuelos domésticos y regionales se encontraba casi vacío, tras la cancelación de alrededor de 300 servicios.
Un panorama similar se observaba en las estaciones de trenes de Retiro, Once y Constitución, principales nodos de transporte de la capital argentina.
La medida de fuerza se realizó en un contexto de ajuste del gasto público, política implementada por la administración de Milei desde diciembre pasado, así como la elevada inflación, que si bien tiene un menor ritmo mensual acumula 101,6 por ciento en lo que va del año, según datos oficiales.
A nivel gubernamental, el secretario de Transporte, Franco Mogetta, rechazó la protesta y se pronunció contra los sindicalistas que la convocaron.
Por su parte, la dirigente de izquierda, Myriam Bregman, sostuvo en redes sociales que el paro «demuestra la enorme potencia del movimiento obrero para enfrentar el plan antiobrero de Milei».
«Si se uniera con los estudiantes en lucha y demás sectores atacados, sería imparable. Lamentablemente las direcciones sindicales no solo lo dividieron en dos días, sino también de los demás afectados por el ajuste», planteó la exdiputada nacional.