Un sismo de magnitud 5.9 despertó a todos al sur de Pakistán este jueves y dejó al menos 20 personas murieron y más de 200 resultaron heridas, además de derrumbes de techos y muros.
El terremoto tuvo lugar en la provincia sureña de Balochistán, siendo perceptible en al menos seis ciudades y otros poblados, pero el área más afectada fue la remota ciudad montañosa de Harnai.
Muchas de las víctimas murieron por el derrumbe de techos y muros en este terremoto, que también causó apagones que obligaron a los rescatistas a usar linternas para atender a los heridos.
Los mismos lugareños trataban de apartar los escombros de color ocre en los que se habían convertido sus casas. Niños con vendajes y caras manchadas sentados en camillas guardaban un silencio roto por las ambulancias y los helicópteros.
«Estamos recibiendo información de que 20 personas murieron por el terremoto«, indicó el ministro provincial del Interior, Mir Zia ullah Langau, agregando que «cientos de casas de barro fueron dañadas«.
Una mujer y seis niños figuran entre los 20 muertos, indicó a AFP Suhail Anwar Hashmi, alto cargo del gobierno provincial, quien agregó que «más de 200 personas resultaron heridas (…) fue un terremoto fuerte. La sacudida fue muy potente«, dijo Zaman Shah a AFP en Harnai.
Mientras corríamos para salvar nuestras vidas, alguna gente cayó (…) Nuestras casas están dañadas y también se han perdido vidas», añadió.
El primer ministro Imran Khan dijo que había ordenado «asistencia inmediata de emergencia» a la región afectada.
Helicópteros del ejército estaban ayudando en la evacuación de heridos desde zonas aisladas hasta Quetta, la ciudad más cercana. También se movilizaron cuadrillas para limpiar de escombros las carreteras que llevaban a Harnai.
Además se envió un equipo de rescate a una mina de carbón donde unos 15 trabajadores quedaron atrapados bajo tierra. En Pakistán es habitual que los mineros trabajen de noche porque las temperaturas son más bajas.
Naseer Nasar, jefe de la autoridad provincial de Manejo de Desastres de Balochistán, advirtió que la cifra de víctimas podía subir.
El movimiento telúrico provocó apagones en la región, y el personal sanitario debió trabajar sin iluminación en la madrugada en un hospital público mal equipado.
Antes del amanecer «estábamos operando sin electricidad con ayuda de linternas y las luces de los teléfonos móviles», dijo a AFP Zahoor Tarin, del hospital público de Harnai.
«La mayoría de los heridos llegaron con extremidades fracturadas. Decenas de personas recibieron alta con solo primeros auxilios«, agregó. «Al menos 40 fueron recibidas con heridas críticas«.
«Impusimos un estado de emergencia en el hospital y les estamos dando tratamiento médico«, indicó.