El árbitro Fernando Hernández regresará este viernes arbitrando el partido entre FC Juárez y Guadalajara, correspondiente a la Jornada 4 del Apertura 2023, cuatro meses y medio después.
Las expectativas aumentarán con su aparición en la cancha del Estadio Olímpico Benito Juárez, pues recientemente terminó una suspensión de 12 días por darle un rodillazo al jugador de León, Lucas Romero, durante el partido contra América el 1 de abril en el Estadio Azteca.
El silbador admite que creía que su carrera terminaría después de ese episodio de hoy, mientras se prepara para regresar.
“Lo primero que pensé fue: mi carrera se acabó. La carrera de Fernando Hernández está acabada, está acabado el sueño de ir a un Mundial, de otras aspiraciones a nivel profesional, pero la parte más importante es que estaba dejando a mis hijos, a mi familia, sin oportunidad de algo que siempre he querido y soñado para ellos, que es un patrimonio, una estabilidad, poder darles servicios de salud, y tomé las cosas como tienen que ser”, asegura el árbitro, con la voz entrecortada, en entrevista con los medios oficiales de la Federación Mexicana de Futbol. “Si estaba escrito que en ese momento Fernando Hernández terminara su carrera, lo tenía que hacer, y que pasara lo que tuviera que pasar”.
Está agradecido por la nueva oportunidad que tendrá a partir del viernes porque no se entregó de esa manera.
En serio, admite que se esforzará por mejorar en todas las oportunidades que tenga para poder expiar lo que llama un acto sin precedentes, del que no esta orgulloso.
“Cuando tú aceptas que cometes un error y aprendes de eso, ya es ganancia. Lo malo sería que yo no reconociera que me equivoqué, que no estuviera consciente de lo que hice y que lo tengo que revertir”, comparte. “Fernando Hernández, como árbitro, va a ser el mismo… Simplemente, no se va a equivocar de la misma manera que lo hizo, y eso es un compromiso con todos”.
El árbitro recuerda los hechos de aquel caótico partido, que incluyó un altercado entre los entonces entrenadores de América y León, Fernando Ortiz y Nicolás Larcamón.
“Hay un momento de desequilibrio emocional de muchas partes, incluyendo jugadores, directores técnicos, bancas, árbitros, y se da una situación que -al pasar el tiempo- es un error, porque no tuve la tranquilidad para poder darme cuenta de lo que estaba sucediendo, porque sabía que podía pasar”, reconoce. “Hay un momento en el que priorizo que no se dé un conflicto mayor entre dos jugadores y no me permite percibir la realidad de lo que estaba pasando con un individuo. Cuando sucede eso, tengo una reacción de molestia, de tanto acoso, pero en ese momento no lo percibí”.
Fernando asegura que cuando llegó al vestuario, acotó todo y miró su teléfono para ver cómo reaccionaba la gente a lo que había pasado. Este es un capítulo del que anhela seguir adelante.