El expresidente Donald Trump amenazó este viernes a Apple con imponer un arancel del 25% si los iPhones que se venden en Estados Unidos no son fabricados dentro del país. La advertencia se difundió a través de su red Truth Social, donde aseguró que ya había informado al CEO de Apple, Tim Cook, sobre sus expectativas.
Apple se ha convertido en blanco recurrente de críticas por parte de Trump, situación que ha impactado negativamente en el valor de sus acciones. Mientras otras compañías tecnológicas han mostrado recuperación, Apple ha perdido terreno en el mercado bursátil. Este viernes, sus acciones registraron una caída de más del 3% en el premercado.
A comienzos de mayo, Apple era la empresa más valiosa del mundo, pero ha descendido al tercer lugar, siendo superada por Microsoft y Nvidia. En fechas recientes, Trump expresó que tenía «un pequeño problema con Tim Cook» y criticó la expansión de la producción de Apple en India. También señaló que Cook no asistió a un foro de inversión internacional, a diferencia del CEO de Nvidia, lo que consideró un desaire significativo.
Los comentarios de Trump incrementan la incertidumbre sobre el futuro de Apple, especialmente por su dependencia de una cadena de suministro internacional. Fabricar iPhones en Estados Unidos, al menos a corto plazo, resulta casi imposible por los altos costos y la infraestructura necesaria.
Además de las críticas directas, Apple enfrenta riesgos geopolíticos derivados de las políticas comerciales impulsadas por Trump. Aunque en el pasado la administración republicana eximió a ciertos productos electrónicos de aranceles, el escenario actual parece menos favorable. Los resultados financieros recientes de Apple también han revelado una desaceleración en el mercado chino y el impacto persistente de las tensiones comerciales.
A todo esto se suman factores internos como la preocupación de los inversores por el crecimiento de la empresa y su alto valor de cotización en comparación con otras compañías del sector. Apple también enfrenta cuestionamientos por su posición en áreas clave como la inteligencia artificial, donde su desarrollo ha sido más lento.
La presión de Trump añade una capa de complejidad para Apple, que deberá sopesar las exigencias del expresidente con las realidades económicas de su modelo de negocio global.