La administración del expresidente Donald Trump intensificó este jueves su conflicto con la Universidad de Harvard al revocar su capacidad para inscribir estudiantes extranjeros, una medida que afecta directamente a unos 6,800 alumnos internacionales y que representa un nuevo punto álgido en la ya tensa relación entre el gobierno republicano y la prestigiosa institución académica.
El Departamento de Seguridad Nacional (DHS, por sus siglas en inglés) informó que Harvard ha sido eliminada del Programa de Estudiantes y Visitantes de Intercambio (SEVP), lo que implica que ya no puede emitir la documentación necesaria para que los estudiantes internacionales obtengan una visa de estudios. Como resultado, los estudiantes actualmente matriculados deberán transferirse a otras instituciones o perderán su estatus migratorio legal en Estados Unidos.
Según explicó la secretaria de Seguridad Nacional, Kristi Noem, esta decisión responde a lo que calificó como el incumplimiento de Harvard al no proporcionar información completa sobre sus alumnos extranjeros. En una carta enviada a la universidad, Noem acusó a Harvard de fomentar un ambiente inseguro, de ser hostil hacia estudiantes judíos, de promover simpatías pro-Hamas y de mantener políticas de diversidad, equidad e inclusión que calificó como racistas.
La universidad respondió de inmediato, rechazando las acusaciones y calificando la medida como ilegal y arbitraria. Harvard advirtió que esta decisión pone en riesgo su misión educativa y de investigación, además de representar un ataque directo a la autonomía académica.
El trasfondo de este conflicto comenzó en abril, cuando Harvard se negó a cumplir con las exigencias del gobierno de Trump para restringir protestas pro-palestinas en el campus y eliminar sus programas de diversidad. Esta negativa marcó el inicio de una serie de represalias por parte del Ejecutivo, entre ellas la congelación de fondos federales de investigación provenientes del DHS y los Institutos Nacionales de Salud.
En respuesta, Harvard presentó una demanda legal para revertir el bloqueo de subvenciones. A esto se sumó una nueva amenaza por parte de Trump, quien sugirió que la universidad debería perder su estatus de exención fiscal, lo que comprometería gravemente su capacidad para recibir donaciones de alto valor, ya que muchas de estas aportaciones se realizan con fines de deducción de impuestos.
Con la exclusión del SEVP, la situación de miles de estudiantes internacionales en Harvard queda en una grave incertidumbre, mientras el enfrentamiento entre el expresidente Trump y la institución se profundiza, mezclando disputas migratorias, políticas culturales y libertad académica.