Un poderoso terremoto de magnitud 8,8 sacudió la costa de la península de Kamchatka, en el extremo oriental de Rusia, provocando un tsunami que arrasó parte de una ciudad costera y desencadenó alertas en toda la región del Pacífico. Las autoridades rusas reportaron daños materiales significativos pero confirmaron que no hubo víctimas fatales.
En la ciudad de Severo-Kurilsk, ubicada en la isla de Paramushir —parte del archipiélago de las Kuriles del norte— las olas alcanzaron hasta cuatro metros de altura, destruyendo la zona portuaria y sumergiendo una planta procesadora de pescado, de acuerdo con información local. El epicentro del sismo se ubicó a unos 350 kilómetros de esta comunidad de aproximadamente 2,000 habitantes.
Según el alcalde Alexander Ovsyannikov, las olas avanzaron hasta el monumento a la Segunda Guerra Mundial de la ciudad, situado a unos 400 metros de la costa. Afortunadamente, la mayoría de las viviendas se encuentran en zonas elevadas, lo que ayudó a evitar una tragedia mayor.
“Todos fueron evacuados a tiempo. Tuvimos una hora de margen y toda la población fue trasladada a la zona de seguridad contra tsunamis”, declaró Ovsyannikov durante una reunión con autoridades de emergencia.
El Kremlin confirmó que los sistemas de alerta funcionaron correctamente. “Gracias a Dios, no hubo víctimas”, declaró el vocero presidencial Dmitry Peskov ante la prensa.
Mientras tanto, un grupo de expedición de la Sociedad Geográfica Rusa que se encontraba en la isla vecina de Shumshu vivió momentos de pánico al ser sorprendido por la ola. “Tuvimos que correr hacia terrenos altos sobre pasto resbaladizo y con niebla”, relató Vera Kostamo, integrante del equipo, al diario Komsomolskaya Pravda. Todas sus tiendas de campaña y pertenencias fueron arrastradas por la ola, aunque ningún miembro del grupo resultó herido.
Ante el desastre, las autoridades de la región de Sajalín, donde se ubican las islas Kuriles del norte, declararon estado de emergencia. El servicio sísmico regional informó que el terremoto fue el más fuerte registrado en la zona desde 1952, y advirtió que podrían registrarse réplicas de hasta magnitud 7.5 en las próximas horas.
El sismo también impactó la isla Antsiferov, famosa por ser hábitat del león marino de Steller, una especie en situación de casi amenaza. Imágenes captadas por un turista desde un barco muestran a decenas de leones marinos lanzándose al mar presas del pánico, mientras rocas caían desde los acantilados debido al movimiento telúrico.
Aunque el saldo humano fue positivo, la magnitud del fenómeno deja ver la constante vulnerabilidad de las regiones costeras del Pacífico ruso ante desastres naturales de gran escala.