Estudiantes de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) desarrollaron un cohete supersónico que utiliza tecnología 100% mexicana.
Se trata del Xitle, un vehículo con un sofisticado sistema de propulsión que puede impulsarlo hasta una altura de 9 kilómetros mediante una red de válvulas, sensores y actuadores.
Utiliza combustible a base de óxido nitroso y parafina y es el primer cohete con motor híbrido. Está fabricado con fibra de carbono, acoplamientos de aluminio y una pieza de fibra de vidrio.
“El cohete tiene, particularmente, tres divisiones. La división de la estructura es un cohete supersónico, esto alcanza los 1.900 kilómetros por hora, por lo cual tuvimos que diseñar un fuselaje que esté listo para alcanzar tan altas velocidades en vuelo”, dijo Santiago Arroyo, líder del proyecto Propulsión UNAM.
Un grupo de jóvenes estudiantes de diversas disciplinas interesados en las ciencias aeroespaciales conforman Propulsión UNAM, fundada en 2020.
México ha participado activamente en la exploración espacial desde hace más de diez años y es una de las organizaciones que más activamente promueve la Agencia Latinoamericana y del Caribe del Espacio Ultraterrestre (ALCE).
«Lo que buscamos con este proyecto es que haya un derroche tecnológico y de conocimiento, tenemos a las mejores mentes de la universidad trabajando en proyectos de este estilo y el derroche tecnológico se va a poder aprovechar en muchas otras áreas de seguridad en la industria«, dijo Arroyo.
Destacó que la nave espacial está hecha principalmente de fibra de carbono y que el cohete utiliza un motor híbrido para aumentar la eficiencia del combustible.
El cohete puede tener el peso ideal gracias al excelente comportamiento aerodinámico, de bajo peso y alta resistencia de la fibra de carbono.
Las antenas, la caracterización y compatibilidad electromagnética entre los circuitos también fueron diseñadas y producidas por los estudiantes de la Máxima Casa de Estudios de México.
Este diseño representa un avance tecnológico significativo para la maquinaria porque hace uso de instrumentación compleja, una amplia gama de válvulas, tuberías y control de fluidos, así como estándares de la American Society for Testing and Materials para el diseño de sistemas ricos en oxígeno.
Dado que su próximo objetivo es construir un cohete que pueda viajar más de 100 kilómetros hacia el espacio, donde se encuentra la línea Kármán que divide la atmósfera del espacio, los estudiantes universitarios están trabajando para lograrlo hoy.
“Entre mejor impulso tengamos y más eficiente, podemos seguir llegando más alto en nuestros vuelos”, finalizó Arroyo.
El segundo objetivo del grupo es seguir fortaleciendo el capital humano para que más personas puedan capacitarse en el sector aeroespacial, ingresar al campo o trabajar en el sector, contribuyendo a lanzar a México al espacio.
“Vemos que suele haber fuga de talento con otros países, por lo que el objetivo del equipo es, precisamente, demostrar que México tiene la capacidad de hacer esos proyectos y desde un lugar seguro en el que los estudiantes pueden aprender, trabajar y estar contribuyendo a este producto de vanguardia en la tecnología aeroespacial mexicana”, sostuvo.
La estudiante de ingeniería espacial Ximena Zepeda es colaboradora de Propulsión UNAM y habló sobre su paso por el equipo universitario.
“Esta temporada ha sido exhaustiva, ha sido de muchísimo trabajo, muchísimas cosas que hacer, que aprender. Creo que el equipo tiene bastante potencial, yo confío plenamente en mis compañeros, creo que son personas supercapaces que pueden resolver un montón de problemas que se nos presentaron aquí y en Nuevo México”, recordó.
En Propulsión de la UNAM, Zepeda y sus colegas han obtenido importantes honores, incluido el primer lugar en el Encuentro Mexicano de Ingeniería Experimental de Cohetes y el segundo lugar en el Latin American Space Challenge, la competencia más grande de la región en la materia.
El gobierno mexicano quiere establecer para 2040 una instalación de inteligencia espacial comparable a la NASA de Estados Unidos.
De acuerdo con este plan, se desarrollará una constelación de satélites para el desarrollo y exploración espacial, en cuyo diseño y fabricación participarán trabajadores mexicanos altamente calificados.