En México es indispensable programas y proyectos de mitigación para enfrentar la emergencia climática e impulsar un desarrollo bajo en carbono y socialmente incluyente, coincidieron este jueves varios expertos.
Para comprender mejor y con más información científica sobre lo que está ocurriendo en México, como los eventos extremos de calor, las inundaciones, los ciclones tropicales, las sequías y los incendios, el Colegio Nacional realizó la mesa titulada «Tiempo, cambio climático y acciones», en donde los expertos consideraron que en México es indispensable adaptarse «con urgencia» a los impactos climáticos.
La bióloga y exministra de Medio Ambiente mexicana Julia Carabias recordó que el año pasado «se vivió un enorme retraso en el inicio de las lluvias, al tiempo que ocurrieron tremendas inundaciones, una de éstas el huracán Otis, una de las manifestaciones del clima más emblemáticas», que tocó tierra en el puerto de Acapulco, al sur de México.
«Para este año, probablemente vamos a tener temperaturas récord, temperaturas extraordinariamente altas. Y las precipitaciones serán pocas durante la primavera, es muy probable tener un año seco», advirtió Francisco Estrada Porrúa, del Instituto de Ciencias de la Atmósfera y Cambio Climático de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).
Por su parte, el biólogo Adrián Fernández Bremauntz aseguró que si no se atiende oportunamente este fenómeno, se puede «acentuar aún más las diferencias entre diversos grupos sociales y cancelar las oportunidades de movilidad social, dentro de los estratos más pobres y vulnerables de la población».
En su opinión, cada cabeza de sector «debería ser corresponsable de atender algunas tareas», como en el sector turismo el rubro de la adaptación al cambio climático basada en ecosistemas, mientras que en el rubro agrario «le tocaría garantizar la seguridad alimentaria en México, pero debería tener como meta de corresponsabilidad blindar al campo mexicano y a la producción de alimentos ante los impactos del cambio climático».
Además, puntualizó que toda la actividad productiva emite gases de efecto invernadero, como la extracción de petróleo, la producción de alimentos, la generación de electricidad y el transporte de pasajeros y mercancías, pero de igual manera «todas sufren ya impactos graves por el calentamiento global como las sequías, inundaciones, incendios, temperaturas extremas y destrucción de infraestructura diversa».
Se requiere «trazar la nueva ruta de desarrollo del país, debemos llevar a cabo dos tipos de esfuerzos simultáneos: mitigar las emisiones de gases de efecto invernadero e implementar medidas que nos permitan adaptarnos a las nuevas condiciones climáticas adversas que afectan nuestra vida diaria», concluyó el integrante de la Iniciativa Climática de México, organización civil dedicada al desarrollo de estudios y análisis de políticas públicas.