Autoridades sanitarias de China autorizaron ensayos clínicos de una vacuna contra el COVID-19 que se inhala, que está desarrollando la farmacéutica CanSino Biologics y el Instituto de Biotecnología de Pekín.
Esta se sumaría a la lucha contra este virus, pues China ha administrado casi 75 millones de dosis de las 5 diferentes que se han autorizado y que son fabricadas localmente.
China se dispone además a flexibilizar las restricciones de entrada en su territorio de ciudadanos de varios países, entre ellos Estados Unidos, siempre y cuando hayan recibido una vacuna china.
El martes, un responsable del ministerio chino de Relaciones Exteriores indicó que se estaba en «estrecho contacto» con varios países y «se iban a firmar acuerdos mutuamente beneficiosos» para facilitar los viajes.