Cuba vivirá este miércoles una nueva jornada de apagones que afectarán al 49% del territorio nacional, principalmente durante las horas de mayor consumo energético, según reportó la Unión Eléctrica (UNE), empresa estatal encargada del suministro.
De acuerdo con el informe de la UNE, el martes ya se registraron interrupciones continuas en el servicio, las cuales superaron lo previsto debido a una demanda mayor a la anticipada. Para este miércoles, se proyecta un déficit de 1.659 megavatios (MW) frente a una demanda de 3.500 MW, con una afectación real de 1.729 MW.
El sistema eléctrico de la isla sufre una crisis sostenida desde mediados de 2023, con cortes diarios provocados por múltiples factores: averías constantes en plantas termoeléctricas envejecidas, falta de combustible y escasez de divisas para importarlo. Actualmente, cinco de las 20 unidades termoeléctricas están fuera de servicio, así como varios motores de generación distribuida por falta de diésel y fueloil.
En muchas regiones del país, los apagones pueden durar hasta 20 horas, mientras que en La Habana se extienden entre cuatro y cinco horas diarias. Además, en los últimos meses se han registrado cuatro apagones nacionales que tardaron días en ser resueltos.
Expertos independientes señalan que la raíz del problema está en la crónica falta de inversión en el sistema eléctrico, controlado por el Estado desde 1959. Se estima que para modernizar la red eléctrica se necesitarían entre 8.000 y 10.000 millones de dólares, recursos con los que el régimen actualmente no cuenta.
Las consecuencias de la crisis energética son profundas. El Producto Interno Bruto (PIB) de Cuba se contrajo un 1.9% en 2023 y no mostró signos de recuperación en 2024. Según cifras oficiales, la economía aún no ha recuperado los niveles previos a 2019, y el gobierno solo espera un crecimiento del 1% en 2025.
Además, los apagones han generado un fuerte descontento social. Han estado relacionados con protestas como las de julio de 2021, agosto de 2022 y marzo de 2024 en varias ciudades del país. En semanas recientes, se han reportado manifestaciones menores en Pinar del Río y Bayamo, motivadas no solo por la falta de electricidad, sino también por la escasez de alimentos, medicinas y combustible.