Aunque se han dado pasos en los últimos años para la protección de los manglares en Panamá, el país con mayor extensión de este tipo de ecosistema en América Central, el propósito enfrenta nuevos desafíos ante el impacto del cambio climático y por otras amenazas, reconocieron hoy expertos en un encuentro internacional en la capital panameña.
El gerente de Operaciones del Banco Interamericano de Desarrollo (BID) en Panamá, Germán Zapanni, consideró que ha habido avances significativos en los últimos dos años en la gestión impulsada a través del Ministerio de Ambiente de Panamá para la conservación de los manglares en su país, a pesar del impacto del cambio climático en los humedales.
Recordó el acuerdo administrativo entre el BID y el Gobierno del Reino Unido, que estableció el Fondo del Carbono Azul, aprobado en diciembre de 2018, y el cual fue diseñado para promover el manejo sostenible de los manglares y acelerar la economía azul en países con importantes ecosistemas de este tipo en América Latina y el Caribe.
Puntualizó que en el marco de esta cooperación hay un proyecto en marcha en Panamá, y se ha avanzado mucho en este país en cuanto a los estudios y las buenas prácticas que están siendo implementadas con el Ministerio de Ambiente para la protección de los manglares.
“Por supuesto que hay mucho por hacer”, admitió el además expositor en el simposio de tres días Hacia una Economía Azul en la Región, que culminará mañana y que ha sido organizado por la Sociedad Audubon de Panamá y su socio National Audubon Society, a través del proyecto Patrimonio Natural Azul, con el apoyo del ministerio de Ambiente panameño.
“En un país tan rodeado de océanos, y con tantas islas (más de 1.500), tiene un beneficio multiplicador proteger los manglares”, remarcó el gerente Operaciones del BID, institución que tiene proyectos para la conservación, restauración y protección de manglares también en Jamaica, Trinidad y Tobago, Colombia, y Surinam.
Amelie González, del Ministerio de Ambiente de Panamá, destacó, durante una de las exposiciones en el encuentro, datos del año 2021 que dan cuenta sobre unas 183.773 hectáreas de manglares, lo que indica la existencia de 6.000 hectáreas más en relación con el mapa de cobertura de 2012.
En Panamá es reconocida además la existencia de cinco sitios Ramsar, o humedales internacionales protegidos, a saber, la parte este de la bahía de Panamá; el golfo de Montijo, en Veraguas; San Sand-Pond SAK, en Bocas del Toro; Punta Patiño, en Darién, y Damani Guariviara, en la comarca Ngäbe Buglé.
Julio Montes de Oca, director de resiliencia costera de Audubon Americas, resaltó el trabajo que han estado haciendo en dos sitios piloto en Panamá, en la bahía de Parita y en la bahía de Panamá, y en donde resaltó están desarrollando ciencia para aplicar el conocimiento, y extrayendo lecciones que esperan se escalen a nivel nacional a través de políticas particularmente en materia de cambio climático.
Identificó que un pequeño análisis en Parita y en la bahía de Panamá les permitió darse cuenta de que hay una estabilidad por lo menos en la cobertura, pero consideró que hay que pensar en todos los núcleos importantes de manglar que hay en otras partes del país, y asegurar que esté estabilizada la cobertura o que puedan recuperarlos a través de iniciativas de restauración, y que beneficien a las comunidades.
Rosabel Miró, directora ejecutiva de la Sociedad Audubon de Panamá, reconoció la importancia de un trabajo conjunto porque “aunque Panamá es el país con mayor cobertura de manglares en Centroamérica, así mismo está perdiendo estos ecosistemas, porque los están quemando, rellenando, contaminando, o no están permitiendo que las fuentes de agua fluyan normalmente, ahogándolos”.
Consideró relevante que el simposio permita compartir conocimiento, y expresó la esperanza de que ayude a que gente empoderada pueda empezar a empujar para que los compromisos internacionales sean una realidad.