El cortejo fúnebre que finalizará con el entierro de Pelé se inició este martes en las calles de la ciudad brasileña de Santos, donde miles de seguidores acompañaban los restos del rey del fútbol hacia su descanso eterno.
«¡Mil goles, mil goles, solo Pelé, solo Pelé jugó en mi Santos!», cantaban cientos a la salida del estadio Vila Belmiro, de donde salió el convoy que transportaba los restos del exastro, fallecido el 29 de diciembre, a los 82 años.
Cubierto con una bandera de Brasil, el féretro negro, custodiado por ocho cadetes de la Policía Militar, era transportado en la parte superior de un camión de bomberos, que recorrerá 7 km por las calles de Santos, ciudad de 430 mil habitantes cerca de Sao Paulo.
Katia Cruz, una santista de 58 años, tenía previsto seguir el cortejo en moto, tras haber esperado cuatro horas para acceder de madrugada al estadio donde se celebró un velorio de 24 horas.
«Había mucha, mucha gente. Fue muy lindo. (Pelé) se lo merece». «Fue el rey», pero también «una persona muy buena, con los pies en el suelo (…) tenía una humildad que los jugadores de hoy en día no tienen», dijo la mujer cuyo esposo se quedó en casa porque estaba «inconsolable».
Desde el lunes, más de 230 mil personas hicieron fila para despedirse del único jugador del mundo en ganar tres Mundiales, informó a la AFP el club.
Presidente Lula da Silva asistió al velorio
El flamante presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, protagonizó el inicio de la jornada, al visitar junto a la primera dama Janja el velorio en el centro del terreno del estadio donde Edson Arantes do Nascimento jugó durante casi toda su carrera.
En presencia de la viuda de Pelé, Marcia Cibele Aoki, y los hijos del astro Edinho, Flavia y Kely, Lula asistió a una misa oficiada por un sacerdote que discursó sobre religión y fútbol.
«Pelé llamó a la puerta del cielo. Y Dios dijo: ‘¿Quién es usted?’. ‘El rey’. ‘Ok, aquí también será el rey pero yo soy el señor'», dijo el sacerdote, que también explicó que Pelé ahora podrá jugar un partido con otros astros fallecidos como Johan Cruyff y Alfredo Di Stefano.
El convoy fúnebre pasará por la casa de la madre de Pelé, doña Celeste, de 100 años y quien no es consciente de la muerte de su hijo, y finalmente el féretro será conducido a un cementerio vertical, el más alto del mundo según el Récord Guinness, con vistas al Vila Belmiro.
En el Memorial Necrópole Ecumênica con aires de complejo vacacional y que posee un aviario y una pequeña colección de autos y motocicletas clásicas, también están los restos de su padre, su hermano y su tía.